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Información General
De las Zonas Externas de la Cordillera Bética, la Sierra de Grazalema forma parte del conjunto geológico Subbético. Dentro de este, el Subbético Medio se localiza fundamentalmente al norte del Corredor del Boyar, abarcando las sierras del Pinar, Zafalgar, Blanquilla, etc.
Al sur de este, se localiza el Subbético Interno, abarcando las sierras del Endrinal, Caíllo, Sierra de Ubrique, etc.
El Parque se encuentra atravesado por un conjunto de sierras paralelas entre sí de orientación ENE-OSO, que siguen las líneas estructurales de la Cordillera Bética, separadas por profundas depresiones geológicamente notables, con las salvedades de la Sierra del Pinar, de orientación E-O, Sierra Margarita, de orientación N-S, y las de otras elevaciones menores, de orientaciones diversas.
Su mayor altura es el pico del Pinar (o Torreón), con 1654 metros en la Sierra del Pinar, seguido del San Cristóbal con 1554 msnm.
En este espacio, con las cimas más altas de la provincia de Cádiz, las ascensiones a cumbres como El Torreón o El Reloj son clásicas entre montañeros. Para escalar existen roquedos y paredes en Peñón Grande, Aguja de las Palomas y Peñaloja, en Grazalema, Cortados de Montejaque y Benaoján y La Veredilla, La Diaclasa y Cintillo, en Benaocaz.
El elemento más emblemático del Parque, además del denso bosque mediterráneo de encinas, alcornoques y quejigos, es el pinsapo, principalmente concentrado en la Sierra del Pinar, por ser el lugar más lluvioso de la Península. Esta especie es descendiente de los abetos centroeuropeos que formaban aquí grandes bosques en las épocas glaciares.
El Parque Natural Sierra de Grazalema es un territorio de 53.411 hectáreas, aproximadamente una catorceava parte de la provincia de Cádiz o de Málaga. Situado al Norte de la provincia de Cádiz y al Noroeste de la provincia de Málaga. Está conformado administrativamente por nueve municipios gaditanos (Algodonales, Benaocaz, El Bosque, El Gastor, Grazalema, Prado del Rey, Ubrique, Villaluenga del Rosario y Zahara de la Sierra) y cinco malagueños (Benaoján, Cortes de la Frontera, Jimena del Libar, Montejaque y Ronda) incluidos en parte o completamente.
El relieve que compone la Sierra de Grazalema, se basa sobre todo en los tipos de roca caliza y areniscas, motivo por el que el tiempo y el agua ejerce un efecto erosivo lineal creando así las gargantas o cañones reconocidos. Así mismo, la dureza de la roca hace que las tensiones de la corteza terrestre (provocadas fundamentalmente por la colisión de las placas africanas y europeas) deriven en multitud de fracturas del terreno o fallas.
En el fondo de los valles el terreno está compuesto por los materiales derivados de la erosión que han sido transportados, depositados y posteriormente se han compactados, en un proceso desarrollado en el último periodo geológico, el Cuaternario, durante los últimos 2 millones de años.
Los vientos predominantes del Suroeste provenientes del océano Atlántico llegan cargados de humedad por la evaporación del agua marina, la altitud de las sierras determina que dichas masas de aires se eleven más o menos rápidamente, produciéndose, a su vez, una cierta compresión lateral de dichas masas provocada por la disposición convergente de las sierras del Pinar, del Endrinal, Caíllo y Líbar.
De este modo el abundante vapor de agua que transporta el viento se condensa y descarga en forma de lluvia sobre la zona. Este fenómeno, denominado lluvia orográfica, es tan acusado que las precipitaciones que se producen en Sierra de Grazalema se hallan entre las más elevadas, en cantidades absolutas, de la Península Ibérica: por encima de los 2.000 l/m 2 en algunos puntos próximos a la línea de cumbres de las citadas formaciones montañosas y superando los 1.000 l/m 2 en la mayoría del territorio.
Todos estos factores van a condicionar el tipo de vegetación, el elemento que, junto al relieve, conforma el paisaje.
Los diversos elementos que se esbozaban en la composición cromática antes descrita representan los diferentes paisajes que podemos encontrar en el parque natural. Se nos presentan juntos o por separado, según la amplitud de la vista o el lugar donde nos encontremos.
En Sierra de Grazalema reconocemos cinco tipos de paisajes o ambientes distintos:
- Los ambientes rocosos.
- El monte de encinas.
- El alcornocal.
- El pinsapar.
- Las riberas.
Historia de la zona.
La ruta transcurre por “Los Montes Comunes” (Grazalema, Villaluenga, Benaocaz y Ubrique), zona desde antaño dedicada al pastoreo de oveja merina (cuyos productos, mantas y paños realizados en lana pura, tenían salida en el mercado nacional e internacional ya que incluso se exportaban a Hispanoamérica), marranos, cabra payoya, reses domésticas, etc.
Otros trabajos como los carboneros, caleros, curtidores son las labores de la que vivían los serranos. Por lo tanto, podemos decir, que la economía se basaba en la producción textil. Todavía hoy, en Ubrique, se trabaja el cuero y las telas, al contrario que en Grazalema, donde antes de la revolución industrial, se trabajaba la lana en multitud de fábricas y talleres, de los cuales, a día de hoy, solo queda una.
En la actualidad, la ganadería, y sobre todo, el turismo, es el eje básico de su economía.
En 1.977, todo el territorio del Parque Natural Sierra de Grazalema, fue declarado Reserva de la Biosfera por la Unesco.
En 1.984, se declaró primer Parque Natural de Andalucía, un nuevo modelo de espacio protegido en el que está permitida la entrada y las actividades económicas, al contrario que en los Parques Nacionales.
Los productos tradicionales del Parque, se han revalorizado gracias a la declaración de Parque Natural, como ejemplo, los quesos de cabra autóctona, Payoyo, dando a la población de Villaluenga del Rosario, la categoría declarada como uno de los mejores quesos de España.
Otros elementos del patrimonio etnológico son las viejas prácticas artesanales (fabricación de mantas de lana, marroquinería y cestería) y las tradicionales fiestas y ferias, celebradas sobre todo durante la época estival, como la fiesta de El Corpus en Zahara de la Sierra, el toro de cuerda de Grazalema, Villaluenga y Benaocaz, la quema de gamones de Ubrique o la fiesta de Moros y Cristianos en Benamahoma.
Además, destacan las caleras, (hornos en los que se fabricaba cal antiguamente), distribuidas por todo el parque natural. En los últimos años han cobrado protagonismo dos celebraciones que rememoran hazañas de estos pueblos en la Guerra de la independencia contra los franceses a principios del siglo XIX: “El Manifiesto Cortesano” (en Cortes de la Frontera) y las recreaciones históricas de la “Batalla de la Puente” (en Montejaque) y la de la Villa de El Bosque.
La Ruta de los Pueblos Blancos se ha convertido en una de las marcas más conocidas de Andalucía.
Flora y Fauna.
El elemento más emblemático del Parque, además del denso bosque mediterráneo, es el pinsapar, principalmente concentrado en la Sierra del Pinar, por ser el lugar más lluvioso de la Península, siendo la mejor masa de pinsapos de las que actualmente se conservan en Andalucía. Esta especie es descendiente de los abetos centroeuropeos que formaban aquí grandes bosques en las épocas glaciares. Hoy estos pinsapos habitan únicamente en este espacio, en el Parque Natural de la Sierra de las Nieves y en Sierra Bermeja (ambos en la provincia de Málaga).
Los quejigos (Quercus faginea) aparecen en los lugares de mayor humedad, como los fondos de los valles o las laderas de umbría. Confieren a los paisajes una pincelada de colores diferente al resto del arbolado del monte que, además, cambia según la época del año pues es árbol de hoja caduca. La caducidad de la fronda es más o menos marcada según lo frío del lugar y del año.
Los arbustos y el matorral que conforman el monte mediterráneo, junto con la encina y el resto del arbolado, son muy diversos. Entre ellos cabe destacar, en las zonas húmedas, el madroño (Arbutus unedo), con sus bellos frutos rojos y los racimos de pequeñas flores de color marfil, el durillo (Viburnum tinus) con sus anchas hojas y racimos de frutillos de color azul oscuro metalizado, el majuelo (Crataegus monogyna) con sus bellas flores blancas de cinco pétalos y las hojillas de tres lóbulos, y el brusco o rusco (Ruscus aculeatus), planta de menor tamaño que tiene unos bellos frutillos de color rojo vivo y unas extrañas hojas que no son realmente hojas, sino una porción de rama transformada en hoja.
Al igual que los quejigos, las encinas también contribuyen notablemente a la sinfonía de colores del monte mediterráneo en Sierra de Grazalema. Además de los verdes cenizos de sus frondes, aportan, durante su explosiva floración de primavera, los amarillentos de sus pequeñas flores (amentos) que cuelgan de los extremos de las ramas.
En gran parte de Sierra de Grazalema, en zonas expuestas al Sol por debajo de los 900 m, las encinas comparten el monte con el algarrobo (Ceratonia siliqua). En algunos lugares se convierte en la especie dominante, desplazando a la encina, como es el caso del Cerro de la Cuevas y zonas cercanas del Corredor del Boyar.
En la cara norte de la Sierra del Pinar, desde el final de los tajos superiores de esta sierra, a más de 1.400 m de altitud, hasta el Llano del Rabel, situados por debajo de los 1.000 m, se extiende por toda la ladera el hermoso pinsapar de Grazalema. Lo apreciaremos a decenas de kilómetros, cuando nos aproximamos al parque natural desde el Norte, como una sombra de matices azulados. Lo observaremos desde el Puerto de Los Acebuches, en la carretera Zahara de la Sierra – Grazalema (CA-9104), como un gran conjunto de árboles, con su característica forma de abeto y desplegándose por la umbría del Pinar. En esta ocasión, podremos disfrutarlo desde lo alto del Pico del Torreón, por su ladera Norte, si el tiempo lo permite.
El pinsapo le pone nombre a esta sierra pues las gentes del lugar le han llamado siempre “pino”. Se comprende que hasta las repoblaciones de pinos de mediados del siglo XX no había posible confusión. Eran los únicos “pinos”, las únicas coníferas de gran porte en Sierra de Grazalema. De hecho, el pinsapar de Grazalema se explotaba principalmente para la extracción de maderos para la construcción, traviesas de ferrocarril o postes telegráficos (Bel y García, 1.989), como si de un pinar se tratase, así, hasta mediados de los sesenta existió una serrería al pie del Pinar (Navarro, 1.994).
El sauce (Salix alba), Freso (Fraxinus angustifolia), Chopo, (Populus nigra), Mimbrera (Saliz purpurea), Olmo (Ulmus minor) son otras de las especies que podemos observar en la zona de las riberas de los ríos y gargantas que nos encontraremos en la ruta que hoy expongo.
La variedad florística del parque natural es muy alta, contando con más de 1.375 taxones. Esta cifra representa algo más del veinticinco por ciento de las especies descritas para España y un porcentaje superior al cincuenta y cinco por ciento de las especies de Andalucía Occidental.
Entre estos se encuentran siete endemismos locales, cuya área de distribución no sobrepasa los límites del espacio protegido, (Fumana lacidulemiensis, Echinospartum algibicum, Erodium recoderi, Papaver rupifragum y los híbridos Phlomis x margaritae y Narcissus x libarensis). Además, cuenta con catorce endemismos rondeños, treinta y tres béticos, cuarenta y dos béticomauritanos, cuarenta y seis ibéricos y más de ciento cuarenta ibero-mauritanos.
La Adelfilla (Drapne laureola), Orquídea (Cephalanthera rubra) y el Endrino (Prunus spinosa) son las más llamativas y fáciles de reconocer, y en la ruta que nos atañe, fácilmente visible por la zona de Sierra del Endrinal.
En cuanto a su Fauna, las aves son las más abundantes, seguido de mamíferos, anfibios reptiles y peces.
El buitre leonado (Gyps fulvus) es la especie dominante (de gran tamaño) en Sierra de Grazalema, con la mayor población de especies de la península Ibérica. Raro es el día que si miras al cielo no veas alguno sobrevolándote. El buitre negro se encuentra muy poco, pero para un observador paciente, la recompensa está casi asegurada, si sabemos ir a encontrarlo.
Alimoche, Águila perdicera, Chova piquirroja, Acentor alpino, Collalba negra y el Cárabo gris, son algunas de las especies más comunes verlas en cualquier ruta por el Parque Natural.
En cuanto a mamíferos nos podemos encontrar la Cabra montesa con bastante facilidad por la Sierra del Pinar, ciervos, corzos, zorros, ginetas, comadrejas, hurones, meloncillos, etc., como animales salvajes, cabra payoya, marrano dorado, retintas y oveja merina como animales domésticos.
En cuanto a anfibios, muy común la rana, sapo, salamandra, etc.
Como reptiles, muy común en época estival encontraremos culebra escalera, culebra de herradura, culebra de collar, lagarto ocelado, tortugas, etc.
La trucha y el barbo son los peces más comunes en los ríos, sobre todo en el Majaceite entre Benamahoma y El Bosque.
Rutas realizadas en la zona
Mapa interactivo
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